Su objetivo es generar, durante la próxima década, el conocimiento necesario para comprender el impacto del envejecimiento en las enfermedades del cerebro desde la perspectiva de la gerociencia; es decir, entendiendo a este proceso en la base de patologías tales como Alzheimer, Parkinson o demencias frontotemporales y no a éstas como consecuencias inevitables de acercarnos a la tercera edad. El proyecto cuenta con un presupuesto de 4.500 millones de pesos para los próximos cinco años, renovables.

Este año, la iniciativa Fondap financió la generación de conocimiento en dos nuevas áreas prioritarias para el país: “Ciencia Antártica y Sub Antártica” y “Procesos de envejecimiento y factores asociados a la salud y bienestar de los adultos”. En este amplio llamado académicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile vieron la oportunidad que estaban esperando para trabajar juntos, uniendo ciencia básica y clínica para arrojar nuevas luces sobre el diagnóstico, pronóstico y tratamiento de trastornos del sistema nervioso central asociados a la mayor expectativa de vida que experimentamos como nación.

De esta forma, y gracias a la alianza establecida entre el Instituto de Neurociencia Biomédica de nuestro plantel y el Instituto Buck de Estados Unidos -el mayor en ese país para el estudio multidisciplinario del envejecimiento-, equipos de investigación básica y clínica de diferentes unidades de la Universidad de Chile, en cooperación con destacados científicos de otras casas de estudio, crearon el proyecto “Geroscience Center for Brain Health and Metabolism”, que dirigirá el doctor Christian González-Billault, especialista en neurobiología celular de la Facultad de Ciencias, y cuya subdirectora será la doctora Andrea Slachevsky, académica del Departamento de Ciencias Neurológicas Oriente e integrante de la Unidad de Neurología Cognitiva y Demencias del Hospital del Salvador.

Según explica el doctor Hetz, este nuevo centro Fondap tendrá como investigadores principales a su director, su subdirectora y a los doctores Felipe Court, de la Pontificia Universidad Católica de Chile y Julio César Cárdenas, del laboratorio de Metabolismo Celular y Bioenergética del Programa de Anatomía y Biología del Desarrollo del ICBM. Además, habrá un equipo de investigadores asociados, entre quienes estarán seis científicos del Instituto Buck, liderados por su director, Brian Kennedy, y los doctores Miguel Concha y Claudio Hetz, del BNI; y Soledad Matus y René Vidal, de la Fundación Biomédica Neurounion. Por último, participarán una serie de académicos del área asistencial así como otros investigadores, tanto del BNI como del ICBM, así como de otras universidades.

Primer gran esfuerzo a nivel nacional
“Este proyecto está enfocado al estudio del impacto del envejecimiento en las enfermedades al cerebro, desde la perspectiva más holística de la gerociencia, según la cual determinadas fallas durante el proceso de envejecimiento, o un envejecimiento en peores condiciones podría ser la causa de múltiples enfermedades crónicas que nos afectan. El concepto parte de criticar lo que hemos hecho hasta ahora, que es tratar de paliar síntomas sin atacar la causa. Si se revisa toda la estadística de la epidemiología, el envejecimiento es el factor de riesgo principal las enfermedades que afectan al cerebro, por lo que se cree que si se mejora el envejecimiento a nivel celular y molecular, disminuiría el riesgo de desarrollar estas patologías. De hecho, se ha demostrado en animales que modulando ciertas vías conservadas en la evolución en gusanos, moscas, mamíferos e incluso primates, que se puede aumentar tanto la expectativa de vida como el estado saludable”, explica el doctor Hetz.

La doctora Slachevsky añade que “este nuevo centro es el primer gran esfuerzo que se hace a nivel nacional para empezar a investigar en torno al tema del envejecimiento y en particular a nivel cerebral, porque los trastornos al Sistema Nervioso Central constituyen uno de los problemas que causan discapacidad entre los ancianos. Considerando que el número personas mayores está en un aumento muy importante, es indispensable y prioritario que comencemos a conocer cómo es el envejecimiento en Chile y a saber cómo tratarlos, de manera de contribuir también a futuro al desarrollo de políticas públicas en la materia”.

Así, avances científicos a nivel mundial postulan acerca de diferentes eventos claves que se alteran durante el envejecimiento, tales como la homeostasis proteica, el control del estrés oxidativo, los procesos inflamatorios o la comunicación entre células. “Se cree es que parte de estos problemas, cuando se exacerban, son parte de la etiología de muchas enfermedades, por ejemplo las del cerebro. Cuando hay muchos cúmulos proteicos al interior de las células, la mayoría de estos pacientes no tiene una mutación en sus genes que pudiera explicar la situación, lo que significa que algo le pasó a la célula que un trabajo que antes hacían bien, como mantener el proteoma saludable, de repente se echa a perder y termina con estos cúmulos tóxicos. Hay algo que está fallando en ciertas personas que se gatillan estos eventos, los cuales se traducen en una cascada de neurodegeneración; pero en su etiología hay un problema mayor, relacionado con un mal envejecimiento”, detalla el doctor Hetz.

Tres objetivos
Este nuevo centro Fondap tiene tres objetivos generales: desarrollar un proyecto de investigación clínica, otro paralelo en el área básica y el último referido a intervenciones en modelos in vivo y en pacientes. Todos, multidisciplinarios y vinculantes entre sí.
Para el primer objetivo, la doctora Andrea Slachevsky estableció un equipo de colaboradores con profesionales de diferentes áreas para reclutar y seguir a 300 pacientes en su primera consulta por leves problemas motores y cognitivos. “La pregunta que nos hicimos fue en base a que existe una inmensa variedad en la evolución de las patologías cerebrales que desarrollan las personas de edad. Sobre todo, hay mucha diversidad en el transcurso de estas enfermedades en un grupo de personas que ya tienen cierto grado de trastorno, sin que sea demencia ni discapacidad mayor declarada: algunos se mantienen estables, otros empeoran y otros incluso pueden revertir a cierta normalidad. Nos parece que es un grupo muy interesante, porque si entendemos mejor los factores que explican los pronósticos diferenciales, los que desconocemos hasta ahora, constituye una buena base para hacer prevención”, explica la académica.

Por ello, van a seguir a este grupo de pacientes por tres años pensando que sólo un porcentaje de ellos va a derivar en un mal envejecimiento para terminar con tres enfermedades principales, como lo son Parkinson, que es un desorden en el control de los movimientos; Alzheimer, trastorno a nivel cognitivo; o demencia frontotemporal, que puede tener de ambos componentes.

“Haremos un estudio multidisciplinario en que a la vez queremos analizar factores sicológicos, sociales, neurobiológicos y clínicos para entender a qué se asocia un buen o mal pronóstico, mediante exámenes conductuales, imagenológicos, clínicos y sociológicos”, agrega la doctora Slachevsky. “Una parte muy importante se realizará desde la perspectiva más básica, porque vamos a tomar muestras de sangre para buscar marcadores que nos permitan asociarlos a ciertos términos de pronóstico y definir las poblaciones más vulnerables, y por otra parte, ver la posibilidad de extraer y desarrollar células madre de estas personas, para ver si a ese nivel se pueden dilucidar elementos que expliquen la variabilidad en la evolución de las enfermedades”.

Así, el doctor Hetz añade que para abordar el segundo objetivo del centro, como es investigar a nivel molecular cómo afecta el envejecimiento en modelos de estas enfermedades, como son Parkinson, Alzheimer y demencia frontotemporal. “En mi laboratorio vamos a estudiar la injerencia de la alteración en la homeostasis proteica; el doctor Court lo hará en la capacidad regenerativa de las neuronas; el doctor Christian González va a investigar a nivel de defectos en el estrés oxidativo; el doctor Cárdenas analizará los efectos metabólicos mitocondriales; todos, contrastando resultados obtenidos en modelos jóvenes versus envejecidos. Para ello, la contribución del doctor Miguel Concha será fundamental, porque instalará un modelo vertebrado sin precedentes en Chile, usando Killifish, el cual envejece en dos meses, lo que permite hacer manipulaciones genéticas farmacológicas y estudiar resultados en tiempos razonables”.

Una de las líneas de trabajo que desarrollarán muy de la mano con el Instituto Buck “y que es clave para la Facultad de Medicina, es el área de las células madre o células pluripotentes inducibles, IPS. Ellos cuentan con un experto mundial en el tema, y nuestro fin es desarrollar las capacidades en nuestra institución para generar, a través del biobanco, una base de fibroblastos de pacientes que después puedan transformarse en células madre para generar cultivos neuronales humanos de pacientes chilenos y estudiar, a ese nivel, elementos que expliquen la variabilidad de la evolución de las enfermedades cerebrales”, acotan los doctores Hetz y Slachevsky.

El tercer objetivo tiene que ver con la intervención para mejorar el proceso de envejecimiento. “Tiene tres etapas, que se llaman Ahora, Mañana y Futuro: en primer término y en Estados Unidos, a través del Instituto Buck, vamos a hacer intervenciones no invasivas, apuntando a mejoras en el estilo de vida, para ver si es que eso ofrece resultados significativos. A largo plazo, y si es que generamos blancos exitosos en los estudios del segundo objetivo, hacer estudios preclínicos en pacientes, prueba de conceptos; es decir, si encontramos un determinado mecanismo que influye en un mal envejecimiento, tratar de modificarlo con una droga o terapia, como podrían ser las que están generando en el Buck como compuestos derivados de la rapamicina”, plantea el codirector del BNI.

Incidencia en políticas públicas

¿Cuáles fueron las razones, a su entender, que los hicieron ganar este centro Fondap?
Hetz: Son varias razones; una, que este es un proyecto de mínimo 10 años de desarrollo, los cuales se pueden prolongar, y nuestro promedio de edad está abajo de 45 años, lo cual es bien impresionante. Otra, nuestra alianza estratégica con el Instituto Buck de Estados Unidos; en la presentación frente al comité internacional estuvieron su director, Brian Kennedy, y otros científicos, demostrando su compromiso. Ellos dijeron que nosotros somos los que estamos haciendo la mejor ciencia en Chile y que quieren asociarse a eso. Y aparte quedó algo muy claro: somos un equipo que está afiatado, que tiene ganas de avanzar en este tema, con una misión conjunta y no como una suma de proyectos individuales.

Slachevsky: Uno de los puntos fue que explicamos nuestras fortalezas pero reconocimos que de envejecimiento no sabíamos mucho, por lo que necesitábamos establecer colaboraciones importantes con los mayores investigadores en el área, para que nos enseñen cómo hacer ciencia en esta materia. La asociación estratégica con Buck nos permite, a largo plazo, generar esa capacidad que necesita Chile a través de una especie de entrenamiento asistido.

Por ese mismo motivo, añade el doctor Hetz, “sobre el grupo de investigadores principales y asociados generamos un advisory board, un comité asesor, integrado por los mayores expertos en el campo: el doctor Guido Kroemer, investigador del Instituto Gustave Roussy y de la Universidad de París, Francia, y presidente de la Organización Europea de Muerte Celular; la doctora Ana María Cuervo, codirectora del Instituto Einstein para investigación en envejecimiento del NIH; el doctor Felipe Sierra, director de la División de Biología del Envejecimiento del National Institute on Aging, NIA y Brian Kennedy, como director de este comité.

En términos de infraestructura, la doctora Slachevsky finaliza contando que “estamos planteando la posibilidad de echar a andar una clínica de envejecimiento cerebral, donde se realice el seguimiento planteado en nuestro primer objetivo, lo que va a tener varias repercusiones. Una es en materia de formación de recursos humanos, con enfoque multidisciplinario y en un área muy prevalente como es envejecimiento. La segunda, es que impactará en cómo se aborda esa inmensa población en el servicio público de salud; y por último, todo esto es conocimiento con el que trataremos de repercutir en las políticas públicas. Lo interesante del trabajo que hemos hecho hasta ahora con mi equipo es que ya se está tradujo en una propuesta acogida en el primer plan nacional de alzheimer que acaba de lanzar el Minsal, y es una muestra de cómo hemos podido incidir en la generación políticas públicas que beneficien a la población”.

 

Fuente: Facultad de medicina, Universidad de Chile website, 21 de Agosto 2015
http://www.med.uchile.cl/2015/11070-facultad-de-medicina-cuenta-con-nuevo-centro-fondap-para-el-estudio-del-envejecimiento-cerebral.html

21-08-2015