Peligro en el mar

La escena en las costas de Chiloé durante abril y mayo era desoladora: miles de peces y moluscos envenenados por la furiosa aparición de la marea roja. Los devastadores efectos de este fenómeno natural (la hiperfloración de algas con elevadas concentraciones de toxinas que atacan a los animales marinos) se tradujeron en un tremendo daño ambiental y millonarias p´perdidas para la pesca y el turismo de la isla grande.

La industria salmonera fue la más golpeada, con la descomposición y muerte de unas 95.000 especies, equivalentes a US$800 millones de pérdidas.

Este drama llevó a Felipe Bemmi y Francisco Muñoz y Elea GRos (estudiantes de 5° año de Biotecnología de la U. Mayor) a buscar cómo reducir el impacto ambiental de la marea roja. Desde entonces trabajan a full en el desarrollo de un alguicida natural, cuya gran novedad es que estará basado en propiedades extraídas desde esas propias plantas marinas.

Control Natural

Bloom BioBleach es un biocontrolador que se origina en el mismo proceso de crecimiento repentino de las microalgas que genera la marea roja. Es allí cuando se extraen muestras para analizar microorganismos con capacidad alguicida. El cultivo bacteriano se procesa para aumentar su potencial, tal como se hace con la levadura en la producción de cervezas. “Estos fenómenos poseen muchos microorganismos dañinos, pero hay otros que pueden producir el efecto adverso, combatiendo el mismo problema inicial”, detalla Francisco Muñoz Carvajal.

Un sistema que se hoy contra la marea roja es oxigenar el agua, que se bombea para que los salmones puedan respirar en la superficie mientras se interviene la corriente marina. Otra opción es dejar de alimentar a los peces, para que sus desechos no sean el nutriente que requieren las algas para seguir creciendo. Ambas “soluciones” afectan el medio ambiente natural, causándole a los peces un tremendo estrés que suele llevarlos igual a la muerte.

Ahora, ala práctica

“Acá no hablamos de una piscina o un acuario, donde se usa cloro para limpieza y problema solucionado. Es un tema de gran magnitud: por eso lo más complejo es cómo proteger 16.000 litros de agua, que es ki que cubre una jaula donde se crían salmones. Los niveles de concenntración del biocontrolador debe garantizar que no sea absorbido por el mar”, comenta Felipe.

Para potenciar su revolucionara idea, los futuros biotecnólogos ganaron $4 millones de capital semilla en la tercera versión del “Aplica tu idea”. Este concurso de la fundación Copec UC premia ideas con base científico-tecnológica de estudiantes de educación superior que buscan resolver problemáticas en sectores con honores de etapa teórica, ahora harán pruebas de laboratorio y en terreno para definir -mediante alianzas con institutos de investigación acuícola- cómo será la palicación del Bloom BioBleach.

La evaluación de un experto

“Lo más interesante es que estos jóvenes se suman a la tendencia de desarrollar controladores biológicos en reemplazo de pesticidas para cultivos agrícolas y forestales. En este caso, aplicados al combate de anomalías que afectan a nuestras costas”, reflexiona Rafael Vicuña, académico de la Facultad de Ciencias Biológicas de la UC y doctor de Biología  Molecular del Albert Einstein College of Medicine de Nueva York. “El gran desafío que tienen ahora es encontrar la fórmula perfecta para asegurar que su producto no se va diluir en el océano, para que el cultivo bacteriano cumpla a pleno su función antibiótica natural en un espacio marino abierto”, acota el experto.

Fuente: Las Últimas Noticias

http://www.lun.com/Pages/NewsDetail.aspx?dt=2016-12-10&BodyID=0&PaginaId=54

20-12-2016