Felipe Court y Macarena Arrázola dirigirán un segundo estudio financiado por la organización estadounidense que combina métodos farmacológicos y genéticos para avanzar en nuevas técnicas que permitan disminuir los síntomas y evitar la progresión de la enfermedad. Este es un paso decisivo para acercar los resultados obtenidos en el laboratorio a su implementación clínica en humanos.


En los últimos años, el Centro de Biología Integrativa (CIB) de la Universidad Mayor ha logrado diversos avances en la tarea internacional por encontrar una cura para la enfermedad de Parkinson.

Los aportes del equipo liderado por el Dr. Felipe Court han motivado que la Michael J. Fox Foundation, que en las últimas décadas ha financiado los más significativos desarrollos en el tratamiento del Parkinson, otorgue nuevamente su apoyo a un proyecto dirigido por el científico.

Hace unos años, uno de los hallazgos más destacados hechos por el Dr. Court y su equipo fue demostrar, en modelos de ratones con enfermedad de Parkinson, que un mecanismo llamado necroptosis estaba involucrado en la degeneración del axón, un segmento de la neurona que comunica la información de una región del cerebro a otra. El grupo además logró identificar componentes claves del proceso, incluida la enzima RIPK3.

Más adelante, la investigación avanzó mostrando resultados alentadores al bloquear farmacológicamente la enzima RIPK3 en los modelos animales. La Dra. Macarena Arrázola, quien forma parte del CIB y es investigadora principal del proyecto, señala que los experimentos “evidenciaron mejora cognitiva en animales viejos luego de administrar el inhibidor de RIPK3 por un periodo corto de tiempo, mostrando protección en distintos parámetros que se ven alterados en el cerebro a lo largo del envejecimiento”.

Luego de publicar estos resultados recientemente en la revista Aging Cell, el grupo científico se prepara para profundizar en el bloqueo de la enzima RIPK3 como método para reducir la activación del proceso de necroptosis, y al mismo tiempo evitar la degeneración axonal y la neuroinflamación, asociada a la progresión de la enfermedad de Parkinson.

Foto: imagen de microscopía. Crédito: Dr. Felipe Court.

La Dra. Arrázola explica que en el nuevo proyecto que financia la Michael J. Fox Foundation usarán una combinación de métodos farmacológicos y genéticos para bloquear la enzima RIPK3 en modelos de ratones con Parkinson, para así comparar cómo funciona el bloqueo de la enzima en neuronas y en las células inmunitarias.

De esta forma, los científicos buscan “definir cuál es la contribución de la inhibición de RIPK3 tanto neuronal como sistémico en la neuropatología y su impacto en la función motora”, precisa la investigadora.

“La Michael J. Fox Foundation está muy interesada en desarrollar este proyecto porque ven esta terapia que estamos aplicando como una terapia muy posible de ser aplicada eventualmente en humanos”, dice el Dr. Court.

Foto: Dr. Felipe Court y Dra. Macarena Arrázola.

El académico destaca que se trata de la última etapa de estudios preclínicos en animales antes de pasar, si se logra progresar, al diseño de experimentos para aplicar esta terapia farmacológica y genética a humanos.

El científico, quien también ha sumado al equipo de este proyecto a la Dra. Veerle Baekelandt de la Universidad KU Leuven de Bélgica, plantea que la intervención “podría servir también para otras enfermedades neurodegenerativas cuyo factor de riesgo principal es el envejecimiento, como el Alzheimer, pero también para la pérdida cognitiva asociada al avance de la edad, que no es una enfermedad, pero sí una consecuencia del proceso de envejecimiento que tiene un alto impacto en la vida cotidiana de las personas.”

Fuente: Diario U.Mayor

11-05-2023